Los virus poseen el privilegio de ser los responsables de las enfermedades humanas más antiguamente conocidas (la rabia y la poliomielitis) y de algunas de las enfermedades más recientemente descritas (el virus de la inmunodeficiencia humana o VIH). Constituyen un grupo completamente diferenciado dentro de los agentes infecciosos y las principales características que los distinguen de otros microorganismos son:
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La subdivisión principal de los virus se hace en función de sus ácidos nucleicos. Éstos son el soporte de la información genética, de la capacidad de replicación y, por tanto, de la infecciosidad. Un virus determinado puede contener ADN o ARN, pero nunca los dos, y ello nos permite dividir a los virus en dos grandes grupos: ribovirus, cuando contienen ARN, y desoxirribovirus, cuando contienen ADN. Además, a medida que ha ido aumentando el conocimiento en la estructura y composición química de los virus se ha podido elaborar una clasificación basada en sus propiedades fisicoquímicas, de forma que hoy en día podemos agrupar a los virus de interés en patología humana en familias, cada una de las cuales incluyen diferentes géneros y especies. |
La patología vírica es una de las causas más frecuentes de infección. Los virus pueden afectar a pacientes de todo tipo y de cualquier edad. Por lo general, sin embargo, la patología vírica grave ocurre, aunque con excepciones, en niños y en pacientes inmunocomprometidos o ancianos. Los principales virus que pueden afectar al hombre y algunos ejemplos de ellos son: |
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